La búsqueda del equilibrio en las manos es una práctica que puede tener múltiples implicaciones psicofísicas en el practicante, como experimentar con la posibilidad de "volcar el punto de vista" y el temor de "perder el control y no poder sostener una nueva visión".

El estudio de lo "vertical", o más bien de la "inversión de peso", se realiza y se propone considerándola como un instrumento de conocimiento del propio cuerpo y de enriquecimiento de las propias posibilidades expresivas y de movimiento, así como un instrumento de cambio de percepción de sí mismo y del mundo que lo rodea.

La búsqueda del equilibrio en las manos se ve desde este enfoque no como un único objetivo estático sino como una posibilidad dinámica dentro de un movimiento, por lo que también se da importancia a la exploración del movimiento en equilibrio en las manos y a las posibilidades de movimiento para entrar y salir de la "vertical" y integrarla en una danza.

Según esta lógica, por lo tanto, es necesario crear las condiciones en el cuerpo del practicante para que sea posible encontrar la rectitud y la verticalidad del eje de la columna vertebral incluso con el peso en las manos, de manera que se encuentre comodidad en tal posición y se permita la búsqueda del equilibrio sin tener que endurecer y bloquear los músculos, de manera que se permitan los micromovimientos de ajuste que se producen de forma natural como cuando estamos de pie, y que promuevan el mantenimiento del equilibrio y la generación de movimiento.

Considerando que el cuerpo no está estructurado evolutivamente para soportar el peso sobre los brazos, y que la intención de la práctica corporal según la lógica propuesta es estimular una mejora en el bienestar del individuo, este resultado se consigue a través de un entrenamiento específico de Estiramiento Postural en Movimiento (DanSoma) que tiende a crear espacio articular en la zona del cinturón de hombro (manos, brazos, tronco). En esta manera, y teniendo en cuenta las conexiones de esta zona con el resto, esta parte del cuerpo queda preparada para soportar todo el peso de una manera consistente y por lo tanto sin dañar las articulaciones y evitando así las molestas contracturas de la zona cervical generadas habitualmente por la práctica del verticalismo.